Después seguiremos teniendo un otoño lluvioso, amigos del corazón y del tiempo, pero ahora nos toca la recompesa del dulce Sol. Aprovechen sus rayos, y como el cielo, amigos del tiempo, abran su pecho a la luz. Es nuestra vida, es nuestro tiempo.
Llueve. Lueve, y la lluvia nos lleva a lo íntimo, a la mano sobre la mano, al corazón junto al corazón. Los cielos lloran por nosotros, con nosotros, queridos amigos de las ondas y los días.
El Camino de los Ingleses.

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