jueves, 24 de noviembre de 2011

Espíritu.

La primavera llega desinteresadamente, embriagando de olor de lilas el aire, obligando a la gente a ponerse esas gafas de Sol que durante meses han albergado polvo dentro del cajón de una coqueta. El positivismo se intuye, se siente al andar por calles llenas de personas que sintetizan una sonrisa y que predicen el verano en una ropa colorista. 
Y mientras yo me tumbo al Sol, sobre la hierba refrescante, con un libro entre las manos y una música que no sale en la radio, pensando en alguna cosa que escribir, pero me resulta imposible con tanta claridad y esta brisa que me dice que me relaje y descanse.






Libertad.

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